jueves, 13 de enero de 2011

ENRIQUE ZILERI GIBSON: "SOY INFANTE DE UN DINOSAURIO"



Por Milagros Leiva Gálvez

Hace tres semanas murió su madre. Símbolo de la libertad, Doris Gibson fue la musa de "Caretas". Con Enrique Zileri se puede hablar de todo; este capítulo es familiar...
Esta es una entrevista soñada durante años, pero pocas veces pedida. Por temor, por respeto, por pudor. Solía imaginar cómo respondería Enrique Zileri Gibson preguntas íntimas y temía: me habían dicho que era un volcán. El tema de su madre era la gran incógnita. Su relación, contaban, era más que tormentosa. Única. Especial. Cuando murió Doris Gibson pensé mucho en Zileri como hijo y esperé con prudencia que pasaran los días. Lo llamé para conversar y el señor Zileri aceptó. Ya en su casa, sentados en una mesa larga que su madre le regaló, me aclaró que era como un caracol y que sacarle la capucha sería difícil. Es verdad.
Don Enrique es un caracol, pero también un torero tierno: esquiva, pero sabe enfrentar. Lo que sigue es un extracto de una conversación con un hombre que en sí mismo es una leyenda, como su madre. Está su ingenio, su buen humor, su amor por Doris, por Daphne, su esposa, por sus cinco hijos, por sus nietos, por su revista "Caretas". Lo primero que exigió fue que me dejara de cosas y lo tuteara. Así fue.
Te han puesto varios títulos: leyenda del periodismo, el mejor periodista del Perú...
Yo no suscribo nada de eso, ni loco, nadie es así, hay tantas especialidades en el periodismo que francamente no me siento el mejor, sería absurdo. Uno de los grandes problemas del periodismo es justamente que el periodista se crea la gran cosa. Eso es fatal. Porque la vanidad o la arrogancia periodística es uno de los grandes problemas de esta profesión: el periodista oráculo, el que no se equivoca, el que pontifica crea gran resistencia en el público.

¿Cómo hiciste para no marearte siendo director de una revista que marca agenda?
La prensa de revista es muy esforzada, mucho trabajo, mucha energía, mucha ansiedad, mucha actualidad porque estás con el temor permanente de que te ganen algún tema; esa ansiedad es espantosa y por eso no hay tiempo para marearse.
¿Cuando algún diario o revista publica alguna idea que se te ocurrió, qué sucede?
Me frustro. Surge la paranoia, hay un espía, esas cosas que pueden suceder, pero bueno a menudo es normal tener la misma idea por la actualidad.
¿Es verdad que eres un huracán? Los periodistas que han trabajado en "Caretas" dicen que cuando te enojas los gritos se escuchan en la Plaza de Armas…
Sobre todo en la Plaza de Armas, ja, ja, ja. Me he sosegado un poco, pero sí recuerdo un viaje a Buenos Aires, era una delegación con Belaunde y la comunicación con la revista estaba pésima, todo estaba saliendo mal. Creo que estuve gritando toda una hora y al día siguiente los vecinos de mi habitación me preguntaban si me había dado un ataque, parece que había gritado demasiado porque no llegaba el material.

Dicen que han volado televisores, que se han tirado puertas…
Claro que se han tirado puertas, eso sucede en todas partes del mundo, sobre los televisores… me dicen, pero yo no lo recuerdo. Han volado ceniceros, eso sí, ja, ja, ja,. Nunca tirado contra nadie, solo contra la pared.

De pura explosión…
De pura inspiración. Hay cierta gente muy controlada y eso hace un daño espantoso yo creo que el desfogar la tensión hace mucho bien.

Una persona que es huracán y explosiva es una persona apasionada, pero también están las aguas mansas que matan callando y por la espalda.
Yo prefiero a los primeros, pero cada uno tiene una manera de ser. Los que botan las cosas son más sanos: no se enferman por guardar cosas.

¿Qué cosas guardas?
Le estás pidiendo al caracol que se quite la capucha. En otras cosas soy muy reservado.

Me contaron que eras muy tímido.
Mucho, cuando uno entra a la segunda adolescencia se pone menos tímido. De chico, de grande, he sido tímido. Me causaba terror hablar en público. Cuando alguien tocaba el vaso para dar un discurso, para hacer el brindis, sentía pánico. Ahora ya nadie toca el vaso, ja, ja, ja.

Enrique Zileri es hijo único, cómo ha sido esa condición.
Soy hijo único y de una familia separada, además pasé cinco años de colegio en internados, en el exterior, pasé tres años en Estados Unidos sin vinculación directa con Doris. Todo eso te forma de alguna manera, no sé si sales Drácula o Frankenstein.

Tus amigos, tus colegas, hablan bien de ti. Dicen que eres explosivo, pero buen hombre. Ahora quiero regresar a ese muchacho que se hizo solo. La soledad, el estar lejos del Perú, te hizo independiente, te formó una coraza.
Me sirvió mucho. Yo recuerdo cuando entrevistaba al ministro Tantaleán, en la dictadura de Velasco; recuerdo que me dijo que yo era de la "clase corvina", que solo comía corvina, y entonces le pregunté: ¿Usted ha pasado una semana sin comer, pero no por huelga, sino porque simplemente no tenía? Bueno a mí me ha pasado. Yo tenía 16 años en Nueva York, no tenía nada, no encontraba a nadie y me pasé una semana sin comida, con esa sensación de que solo tienes diez centavos y que nadie da un quinto por ti. Yo he tenido que hacer durar una hoja de afeitar toda la semana.



¿No le pedías a Doris regresar?
Eran esos años en los que tenía que postular a la universidad, en los que uno anda viendo el futuro, y fue en ese tiempo que murió mi papá.

¿Cuántos años tenías?
18.

Me contaron que un día, cuando eras niño, tu madre te vistió con ropa de domingo, te llevó al puerto, bajó un hombre y te dijo: él es tu papá.
Había visto fotos de mi padre, lo recordaba vagamente, pero claro no lo conocía. Él, diplomático argentino, pasó por Lima camino a México, era la época de la guerra. Recuerdo que lo recogimos, nos fuimos a almorzar y luego no lo volví a ver. Pasé todo un día con mi padre y nunca más… Ahora tengo mucha vinculación con ese lado de la familia, me parezco a los Zileri, un poco más bajito, pero un poco más buen mozo, imagínate.

Eres guapo…
Qué voy a ser.

Si te hubiera conocido joven me habría encantado salir contigo.
¿Qué cosa? No rechaces a los mayores.

No pues, lo digo porque ya estás casado, tienes hijos, nietos. Estás comprometido y un hombre así mejor ni mirarlo.
Tampoco descalificar de esa forma, ja, ja, ja. Está bien que sea adulto.

Pero hombre casado, hombre tachado.
Durísima eres, pareces una monja de clausura, ja, ja, ja.

¿De joven eras un play boy?
¿Qué quiere decir mujeriego? A partir de cuántas? ¿Cuál es la secuencia?

Uno que sale con varias, que no se decide…
No, no era de ese tipo.

Ahora debiste ser un gran seductor porque según he investigado… Ese pasado me friega, habla en presente, por favor, ja, ja, ja.

Bueno, ya, eres un gran seductor y un gran vanidoso…
No, no, es una forma de defenderme…

¡Ajá! Bueno, según sé conociste a Daphne y la convenciste de que dejara todo y se mudara al Perú.
Daphne se fue en barco a buscar trabajo en Estados Unidos, sola, tenía 20 años cuando dejó la Argentina, allí consiguió un contacto en una agencia de publicidad, pero luego perdió el trabajo. Venía de vuelta cuando paró en Lima a visitar unas amigas peruanas, aeromozas. Yo fui con ellas a recogerla al aeropuerto.


¿Fue amor a primera vista?
Parece, ¿no? Hoy, cuando volteo, miro que son pocos amigos los que no se han divorciado.

¿Y por qué sigues con Daphne?
¿Eres psiquiatra o periodista?

Ja, ja, ja. Solo quiero conocer al Enrique detrás de Caretas.
Las memorias llegan hasta un punto: o eres Gore Vidal, gay total, dispuesto para todo el mundo, o te guardas ciertas cosas.

Iré hasta donde tú me dejes. Igual déjame preguntarte por qué te quedaste con Daphne.
Somos parecidos en cierto aspectos. Había un elemento de soledad, por más que ella tiene una familia numerosa… hay soledades diferentes. Nos encontramos por eso, fuimos dos soledades que se encontraron. Es como la revista, la idea de que pueda durar tanto es admirable, son cincuenta años, con vigencia, con sobresaltos, fuente de problema y medio, de emergencias graves como la deportación… ¿Y quién se quedó con los cinco chicos? Daphne. Las dificultades unen mucho, además es una mujer muy linda, muy guapa, de piernas largas.

Y muy loca para estar con un loco.
Eso, lo disimula bien, no creas, pero es una loca linda.

¿Es verdad que en Caretas mandas tú, pero en la casa manda ella?
Tampoco, tampoco. Ja, ja, ja, pero bueno Daphne es una mujer muy organizada y tiene una memoria asombrosa. Tiene una formación escocesa por sus ascendentes.

A tus hijos les han preguntado muchas veces cuánto pesa ser hijo de Enrique Zileri por toda tu reputación. ¿En tu caso cuánto pesó la sombra de Doris Gibson?
Supongo que pesó, pero curiosamente no tuve tiempo para detenerme en ello porque debíamos sobrevivir. Cuando Paco Igartua, que era el cofundador, se retiró de la revista vinieron años de mucho trabajo. En esa época yo estaba en el terreno publicitario y cuando se produce el terremoto tuve que meterme a fondo y así comenzó esta relación: en medio de una crisis. No sentí el peso, quizá por eso. Doris tenía una personalidad impresionante, con una convocatoria fantástica, cumplía una función importante en términos de contactos y yo era un poco el obrero que tenía que estar juntando las piezas.

Pero cuando uno nace de una mujer fuerte, temperamental y luego va creciendo y se da cuenta de la reputación de la madre: Doris era un ícono del periodismo
La verdad es que yo tenía veintitantos años y solo trabajaba, estaba muy ocupado. Su talento para ciertas cosas no lo tengo, su gusto por el arte popular, su visión para encontrar las piezas, era muy adelantada para su época y eso dice mucho de su sofisticación, de su cariño por el país mestizo.

¿Por qué nunca le dijiste mamá a Doris Gibson?
Juro que no lo sé. Seguramente de chiquito debo haberle dicho mamá, pero luego vino la separación y cuando volví no me reconoció, ya era un muchacho de 18 años. No sé, quizás a veces no dices ni mamá ni hijo, ¿no? Siempre le dije Doris.

¿En los tres años que estuviste en Estados Unidos, en el internado, no viste a tu mamá?
No... Fue una aventura, tenía una beca, y claro la economía aquí era terrible. Ahora es fácil viajar, pero en esos años no era sencillo.

Me han contado que tienes sueños fantásticos y que te regalaron un libro en blanco para escribirlos.
Me lo regalaron para que los dibujara. He dibujado escenas.

¿Es verdad que soñaste que el avión de Fujimori caía en tu casa?
Nooooo, es una leyenda. Tuve una época de sueños fantásticos y felizmente no tengo pesadillas. Sueño varias veces que estoy en La Herradura. Una vez soñé con una bandera peruana grande, como si fuera un parapente, que flotaba, estaba bajando con mucha gente colgando alrededor, chiquitos, y yo me puse a ver y vi a Manuel Ulloa, te lo juro, así sueño, cosas mezcladas, fantásticas. Otra vez soñé que el caballo de la plaza San Martín en realidad estaba vivo, que lo guardaban en la calle Colmena, que había un establo y que lo sacaban con una ceremonia, que se podía tocar.

Te preguntaba por los sueños para saber si ahora sueñas con Doris...
No. ¿Sabes qué ha pasado con Doris? La longevidad fue muy prolongada, estuvo postrada un tiempo largo y era penoso verla. Es algo que uno termina diciendo: Mejor que esté descansando. Es curioso, porque yo creo que ella se maltrató fumando y tomando tanto café, bueno, además, tenía un carácter... Quién la convencía. Igual tuvo mucha fuerza y mucho deseo de vivir.

¿Cómo definirías la relación con tu madre?
No fue una relación típica. Muy juntos en cuestiones fundamentales. Tenía una gran generosidad, pero también una gran dificultad para crear un clima de ternura.

¿Era inexpresiva?
Chuncha, pues. En el fondo una arequipeña chuncha, con sus nevadas y sus cosas. No era engreidora, no me decía Enriquito ni nada de consejos, por el contrario. Creo que su convicción era que esa también era una forma de educar. Cuando cumplió 85 años le hicimos un almuerzo y recuerdo que Javier Pérez de Cuéllar hizo un brindis y dijo: "La libertad tiene nombre de mujer". Ella era eso. Hasta el final quería seguir firmando cheques, iba a la oficina en su silla de ruedas.

Cuando uno es hijo único la relación es muy umbilical. ¿Cuándo rompiste el cordón?
Sí rompí el cordón... En efecto hay hijos únicos con relaciones enfermizas... Pero en mi caso la Doris misma rompió el cordón.

Quizá por eso te mandaba a tanto internado.
Puede ser. Y fue una mujer que nunca tuvo una holgura económica. No sé cómo hacía para tener incluso tesoros en su casa. Allí están los cuadros de Sérvulo y luego cosas de bronce que para la gente eran basura y para ella puro arte.

Y cuando viste a tu madre desnuda, pintada por un famoso…
La primera vez hay un poco de celos, pero luego normal. Además solo estuve en colegio de curas dos años, es decir me curé pronto, ja, ja, ja. Me parece un lindo cuadro, un lindo desnudo.

Me has dicho que tu madre no daba mucho espacio a la ternura, tus hijos me dicen que eres muy cariñoso. ¿Estás corrigiendo?
Creo que hay distintos estilos de ternura, pienso que a su manera Doris era tierna.

¿Extrañaste los abrazos?
No sé, como nunca los tuve, no podría decirte En una época trabajamos mucho juntos, así que se desarrolló otro tipo de relación: de afinidad, de equilibrio, de tensión, una relación distinta. Mis hijos tienen mucho carácter, también. El periodismo es una empresa muy compleja, no es una fábrica de chocolates, hay demasiados matices, informaciones que van en contra de los intereses financieros. Uno hace cosas que cuesta…

¿Cuánto dinero dejaste de ganar por tus convicciones?
Sabe Dios, soy bueno para la máquina de escribir, pero malo para la calculadora. Hoy no niego que la independencia de un medio también depende de su solvencia. Hemos sobrevivido con dificultades, pero hemos salido reforzados.

¿Cuál es tu momento célebre de "Caretas"? Si tuvieras que elegir uno…
Nunca declaramos al gobierno de Fujimori dictadura, fue un gobierno autoritario, con muchas faltas de respeto y violaciones, con errores, pero dictadura fue la de Velasco y con esa fuerza estúpida vivimos mucha adrenalina, muchas etapas difíciles, pero además divertidas porque eran cinematográficas.

Fuiste deportado, pero tu madre te defendió.
Cuando estaba prófugo el chino Velasco estaba indignado con la policía y la presión era feroz. Me buscaban en el jardín y Doris y mi esposa salían a defenderme. Daphne llevaba al colegio a los chicos con escolta policial, era un delirio. El chino era muy colérico. Ahora ser deportado es mejor que quedarse, es una mejor situación, yo recuerdo que en Argentina me preguntaban cómo había hecho porque allá simplemente los desaparecían, cuando me deportaron a España no entendían muy bien lo que pasaba.

Has dicho que tu madre tuvo una relación 'sui generis' contigo, tus hijos dirán lo mismo.
Puede ser, pero son historias diferentes, para empezar son cinco.

¿Tuviste cinco hijos porque extrañaste tener hermanos?
Creo que sí, en cierta medida algo de eso hay y de mucha locura. La última, Drusila, nació tres semanas antes de que me deportaran por segunda vez.

¿Qué les has heredado a Doris?
No sé, es difícil responder eso, no sé. Seguramente una cierta… no sé, quizá el temperamento arequipeño… no sé.

¿Y de tu padre, reconoces algo?
Camino como mi padre, como pato, eso me dicen quienes lo conocieron. Cuando murió mi padre viajé a la Argentina y conocí el lado Zileri.

¿Fuiste a su entierro?
No pude, era 1950, te das cuenta lo que era viajar de Estados Unidos a Buenos Aires, era complicado y yo no tenía holguras, fui meses después. Allí conocí parientes.

¿Cuántos años tienes?
No te pases pues, es que la gente no tiene la edad que tenía antes, luego hay malos entendidos, ja, ja, ja.

¿De verdad no me dirás tu edad?
No, ja, ja, ja. Yo pertenezco un club que miente por consigna, para mantener algo de poder.

Pero estás muy bien parado, yo te he visto corriendo en el gimnasio.
Hago deporte, no veo bien, pero el otro día escuché en un seminario del Adulto Feliz que con el deporte uno puede reducir la edad quince años.

¿No ves bien?
No es la genética Gibson, tengo degeneración macular y todavía no se encuentra cura, igual ahora se está haciendo investigaciones con células madres.Ojalá porque serían remedios extraordinarios para todos los males congénitos.

Estás en la infancia de tu adultez y te veo bien.
Soy un infante de dinosaurio. Me siento bien y tengo una especie de neurosis porque realmente me siento joven. Incluso hay ciertas cosas que las hago mejor que antes. Por ejemplo: bicicleta. Monto mejor que hace veinte años, te vuelves más liviano, no sé.

¿Nadas?
No, soy brazos cortos, huesos pesados, puedo bucear, soy un submarino. Me cuido.

¿A estas alturas del partido como estás?
Tranquilo, nunca se va la tensión porque en esta carrera siempre hay tensión, pero me siento bien.

¿Y cuál es el secreto?
¿Lo puedo decir?, mira que El Comercio a veces es muy puritano, ja, ja, ja.

Dilo nomás, lo publicamos.
¿Bueno qué hacer concretamente para mantenerse? A veces hacer un viaje. Acabo de estar en Urubamba y he visto un hotel que están haciendo fantástico y no voy a decir cuál es para que El Comercio no lo saque antes, ja, ja, ja.

¡Hasta el último luchando por la primicia!
Claro, no lo digo, primero que salga en "Caretas". La competencia es así, está metido el chip. Uno se entusiasma.

Dame un secreto para ser buena periodista.
Lo primero es tener una genuina curiosidad, después apreciar las virtudes distintas del periodismo, así se es buen editor, así se crea un elenco estelar. Muchas veces he pensado que "Caretas" es como una puesta de teatro y que había que buscar un buen elenco, solo así dura la función. Por eso hay que saber reunir a buenos periodistas. Tú eres una psiquiatra, una psicóloga y yo no soy buen entrevistador, eso se tiene que reconocer: ¿Para qué uno es bueno? Dame más bien los secretos para las entrevistas porque tú me quieres ver calato encima de la mesa, ja, ja, ja.

Me encanta tu sentido del humor. Y de verdad eres un hombre muy generoso. Quiero hacerte unas preguntas muy cortas, pero antes déjame contarte textualmente lo que dijo Jaime Bedoya cuando le pregunté por ti. Dijo: “Enrique respeta sus afectos, los valora, los honra, por encima de sus conveniencias”.
Es muy lindo lo que ha dicho Jaime y se lo agradezco. Eso hace mucha gente también, eso tiene que ver con el amor propio. Hay que respetarse y respetar, es un poco de sentido común. Respetar a la familia, a la gente que trabaja con uno. Respeto a la gente, pero cuando me faltan el respeto, muerdo, tampoco hay que ser un manso, eso de poner la otra mejilla es una tontería.

Empecemos el ping pong. Muchos dicen que tu corazón es aprista.
A mí lo que me molesta es el anti-aprismo, me parece irracional. Hay gente que le tiene alergia a ese partido y me parece irracional porque impide medir este movimiento que sin duda es el partido más importante del país. Es un hecho.

¿A quién admiras más: Haya de la Torre o Alan García?
Es curioso. Haya encontró un momento de gloria, en la Constituyente estuvo más allá del bien y del mal, fue realmente un personaje grandioso, interesante y creo que en el fondo no tenía ganas de ser presidente, estoy seguro de eso. Alan García ha tenido otra experiencia, pero creo que los periodistas no pueden admirar porque entonces pierden la perspectiva. Estamos para reconocer momentos de gran brillo, pero no para admirar.

¿Eres amigo de Alan?
En ciertos aspectos sí, en la medida que un periodista puede ser amigo de un político.

¿A qué peruanos te ha gustado conocer?
Un personaje notable es Juan Miguel Bákula, un verdadero Amauta, acaba de sacar un libro y está increíblemente lúcido. A quien conocí también en un momento fue Jorge Basadre, me parece fundamental leer "El azar en la historia y sus límites".

¿A qué peruano le darías 'la concha' de las últimas décadas?
Bueno hay una competencia fantástica, te pido que me eximas porque no soy tan aficionado a estudiar arrecifes, pero hay varios peruanos conchudos.

¿A qué mujer peruana te gustaría tener desnuda en tu última página?
¿Antes o después de la degeneración macular?, ja, ja, ja. No sé, quizá tengan un marido rabioso.

No importa.
A ti no te importa, pero a mí me pegan un tiro… No sé, me quedo con Maju Mantilla, me parece una mujer preciosa.

¿Si fueras el juez qué pena le das a Fujimori?
Estamos un poco revirados con el juicio a Fujimori, pero me parece importante seguirlo, pues creo que da lecciones. El gran defecto de Fujimori fue despreciar ciertos aspectos culturales del Perú, creo que se consideró superior por su origen y porque los japoneses son decididos y el resto no. ¿Cómo lo expresas eso? Violando derechos humanos, creo que le pareció muy fácil un poco de muertos y no se puede hacer eso, porque no es cuestión de debilidad. En un momento él no tuvo ningún tipo de consideración. Yo sí creo que es responsable de violación de derechos humanos, de tolerar corrupción, aunque no estoy convencido de que él, personalmente, haya hecho una fortuna. Para todo eso las leyes son muy duras, son décadas.

¿Quiénes quedan en el 2011?
Qué difícil… Bueno Toledo es ya un candidato, después está Humala y, claro, Keiko, definitivamente.

¿Por quién votas?
Estás violando las leyes… Nunca hemos dicho por quién votamos. "Caretas" no lo dice, Zileri tampoco.

¿Alguna vez has viciado tu voto?
Nunca.

¿De qué te sientes orgulloso cuando piensas en el Perú?
De vivir en un país con historia, eso se siente.

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