domingo, 7 de julio de 2013

LA IGLESIA QUE RESCATA LAS ALMAS PERDIDAS EN EL BAJO MUNDO DEL HAMPA




LA MEJOR ARMA. A través de la biblia y la palabra de Dios, la Comunidad Cristiana “El Ágape” rescató a cerca de veinte ex reclusos del penal El Milagros.
Yuri Castro
Trujillo

En el sector La Cabaña, zona roja del distrito del distrito de Florencia de Mora, donde casi a diario se registran enfrentamientos armados entre pandillas, con escabrosos derramamientos de sangre, surgió una luz de esperanza para cambiar este triste panorama. 

Rodeada de arenales y empobrecidas viviendas, muchas de ellas centros de venta de droga y refugio de sicarios, desde hace trece años la Comunidad Cristiana “El Ágape”, empezó a abrir los brazos a los criminales para enderezarlos por el camino del bien.

La iglesia se ha convertido en la salvación de drogadictos, asaltantes y homicidas que, por increíble que parezca, han dado un tremendo vuelco en sus vidas. Cada uno de los integrantes de esta congregación, cual soldados, transitan por las calles de este peligroso distrito en busca de las manzanas podridas para convertirlas en corderos del Señor.

Esta transformación ha alcanzado a veinte ex reclusos del penal El Milagro. Juan Castillo Nieves o “Cumpa” es uno de ellos. El ex miembro de la banda “La Nueva Generación”, la misma que por la década de los 90 ejecutó sonados atracos, congrega en esta iglesia.

Castillo tiene un largo historial en el hampa. De sus 45 años que lleva a cuestas, veinte estuvo preso. Alcanzó todo un récord: se paseó por diez penales, donde se hizo respetar por su violento accionar. Fue uno de los nueve delincuentes en ser los primeros  sentenciados a cadena perpetua por terrorismo agravado, pena que estableció el régimen fujimorista para todo aquel que asaltaba con armas de largo alcance.

Tocó fondo y hace un año entregó su alma a Cristo. “Tengo tres hijos y tres nietos. En estos momentos podría estar pudriéndome en la cárcel”, dice. Este hombre tiene razones para estar agradecido. Para su buena suerte, el delito de terrorismo agravado se derogó, le rebajaron la condena y en el 2008 recuperó su libertad con beneficios penitenciarios. Siguió delinquiendo, hasta que hace un año dijo basta. “Muchos de mis compadres, como “Negrasho”, acabaron muertos en tiroteos con la Policía. Yo decidí dejar esa vida y gracias a Dios lo estoy consiguiendo”, sostiene tras pedir perdón por el daño causado a la sociedad.

"Abrí los ojos"

Wilmer Rodríguez Polo es otro ex recluso que le sigue los pasos a “Cumpa”. Tiene 40 años y la mitad de ellos los pasó bajo los barrotes por robo agravado. Ahora su vida es distinta. No hay fin de semana que “Ballena”, tal como aún lo llaman, asista a la iglesia. “Cuando estaba en el penal se me acercaron hermanos del “Ágape” para hacerme escuchar la palabra. Primero los rechacé, pero luego abrí los ojos. Llevo dos años entregado al Señor”, cuenta.
Pablo García Quispe (40), igualmente estuvo preso por asaltos a taxistas. Desde el 2002, cuando salió libre, ya no delinque. “El delito no te conduce a nada. Destrui los mejores momentos de mi vida. Mi esposa terminó presa por mi culpa. Eso fue lo más duro y lo que me hizo cambiar”, confesó el otrora “Calimán”, quien también dejó huella en sus quince años de accionar delictivo.

El pastor de “El Ágape”, Sergio Meza Vargas, cuenta que la tarea para rescatar a los hampones no ha sido fácil y esta labor no hubiera sido posible sin la ayuda de Oscar Narro Correa, otro ex presidiario y uno de los primeros en ser reclutados. Narro, quien formó parte de la banda “Los Elegantes del Barrio Chicago”, preside desde hace diez años el Ministerio Carcelario de esta iglesia y su función es llevar la palabra de Dios dentro del penal.  

“Narro nos ayuda a acercarnos”

El pastor Sergio Meza reveló que el año pasado, a través de Oscar Narro Correa, estuvieron a punto de conseguir que se sigan matando entre bandas delincuenciales.
“Hubo reunión con los cabecillas dentro del penal y se comprometieron a entregar sus armas y cesar el fuego, pero parece que las autoridades no tomaron en serio todo esto”, recordó tras añadir que Narro conoce como piensan los presos y los ayuda a acercarse a ellos. 


Fuente: http://www.larepublica.pe/

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