domingo, 6 de abril de 2014

Adiós, Óscar Avilés

Óscar Avilés, músico peruano.
LLORA LA GUITARRA. ‘La primera guitarra del Perú’ falleció ayer por la mañana, a los 90 años, en el hospital Edgardo Rebagliati, donde se encontraba internado desde diciembre del año pasado por un problema cardiaco. A continuación detalles de su legado.
Estefany Barrientos F. 
¡Que viva el Perú!, solía decir don Óscar Avilés en cada entrevista. Sonriente, dicharachero, acompañaba respuestas con alguna frase sacada de una canción criolla, tal vez de Los Morochucos, de Chabuca Granda, de Arturo ‘Zambo’ Cavero o de Alicia Maguiña.Nuestra primera guitarra a fines de marzo acababa de cumplir 90 años y más de siete décadas en la música. Este fue el primer cumpleaños que pasó sin la tradicional serenata a la que lo tenían acostumbrados su familia y sus amigos. Llevaba cuatro meses luchando por recuperar su salud para “continuar con proyectos” como le decía a sus hijos, pero ayer por la mañana falleció en el séptimo piso del hospital Edgardo Rebagliati. 
“¡No puede ser! Hay que comprar una bandera de mil metros para ponerlo sobre el Perú, sobre América, sobre sus dedos, que todo el Perú vaya con él hasta el último momento. Se ha dormido porque ya era época de que sueñe con un Perú mejor, un Perú lleno de guitarristas, lleno de Chabucas. La tierra del Perú es de él, cuando lo entierren no lo entierren, échenlo en su cama”, dijo entre lágrimas el compositor Augusto Polo Campos a RPP al enterarse del deceso.
La noticia enlutó al país desde las 8.55 de la mañana. Avilés había abandonado el respirador artificial hace 14 días –luego de superar un mal cardiaco y una tractotomía– y  pasó a la Unidad de Cuidados Intermedios, donde se aguardaba por su mejoría, mientras su familia guiaba una cadena de oración en el país. A las tres de la madrugada de ayer, por una descompensación súbita, regresó a la Unidad de Cuidados Intensivos donde, “pese a los esfuerzos” del cuerpo médico, no pudo sobreponerse.
Don Óscar Avilés creció admirando la música criolla desde que se sentaba en las reuniones de su padre, a ritmo de guitarra y cajón. Inició el ‘romance’ a los 15 años tocando cajón en el dueto ‘La Limeñita y Ascoy’. “Fui escogido para seguir la percusión, pero (luego) desistí cuando mi padre, José Avilés Cáceres, me dijo: Te he inscrito en el Conservatorio de Música, y ahí continúo la historia”, recordó Avilés a La República cuando preparaba su último concierto. 
La leyenda siguió en la década del 40 en ‘Los Trovadores del Perú’ y luego en ‘Los Morochucos’. En esos años fundó la primera Escuela de Guitarra de estilo criollo. Más adelante unió su talento en famosos duetos que inmortalizaron los temas ‘José Antonio’, ‘Contigo Perú’ y ‘Cuando llora mi guitarra’.
El año pasado estuvo sobre el escenario festejando sus ‘89 años de peruanidad’ con un concierto masivo. Después colaboró en los discos ‘Eternas glorias del criollismo’ y conWilly Terry. Entregado al criollismo, Avilés creía en un futuro promisorio para nuestra música. “Lo veo con mucha fe, con mucho entusiasmo y aplaudiendo a esta gente joven que está conservando o tratando de conservar el criollismo, eso realmente es un don de Dios, a todos los felicito y a todos los quiero”, dijo sonriente. Adiós al maestros de maestros.
 
Claves   
Inmortalizado. Óscar Avilés nació el 24 de marzo de 1924 en el Callao. La calle Zepita, donde nació, lleva su nombre desde 1995. 
Distinción. La OEA lo nombró ‘Patrimonio Artístico de América’.
Cine. Se interpretó a sí mismo en Sueños de gloria (2013).

Fuente: http://www.larepublica.pe/

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