El premio Nóbel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa consideró "un salto extraordinario” en su vida, pasar de escribir ficciones a personificarlas en un escenario teatral, y confesó sentirse fascinado como un niño “con un juguete nuevo”.
“Yo creo que es muy comprensible, yo me he pasado la historia escribiendo historias, inventando ficciones, y de pronto pasar a ser una ficción uno mismo, es un salto extraordinario”.
Refirió que el personificar sus propias creaciones teatrales, fue un paso que dio con mucho miedo, pero en el cual se divirtió bastante, y que ha sido una experiencia muy complementaria a lo que venía haciendo toda su vida: inventar ficciones.
“Pero me divertí tanto, fue fascinante de vivir la ficción, dos horas en un escenario, quedé encantado como un niño con un juguete nuevo”, subrayó en RPP.
Asimismo, confesó que de haber habido un movimiento teatral en los años 50 del siglo pasado, hubiera sido “fundamentalmente” un escritor de teatro, y recordó que su primera producción literaria que “más o menos escribió en serio” fue una “obrita de teatro” en alusión a “La huída del Inca” (1952).
Vargas Llosa, quien personificó en los últimos años papeles protagónicos en obras teatrales que escribió “La verdad de las Mentiras” (2005) “Odisea y Penélope” (2006), y “Las mil noches y una noche” (2010), indicó que la actuación “fue un accidente” que nunca lo pensó, y nació por sugerencia del director teatral catalán Juan Ollé.
Señaló que había pensado primero en leer fragmentos de historias ante el público, tal como lo realizaba su amigo el escritor italiano Alessandro Baricco, pero que Juan Ollé le hizo cambiar de idea, de la lectura de los fragmentos a la participación sobre las tablas.
El premio Nóbel de literatura peruano, nacido el 28 de marzo de 1936 en Arequipa, ya realizó presentaciones en escenarios de Mérida, Barcelona, Madrid (España), Guadalajara, Ciudad de México, (México), y Lima (Perú), con gran aceptación del público.
Vargas Llosa, recordó su primera actuación teatral junto a la actriz española Aitana Sánchez-Gijón, por quien siente una gran admiración; y a su actual compañera de tablas, la actriz peruana Vanessa Saba, la calificó como una maravillosa compañera y maestra.
“Porque me estimula, riñe, me obliga a trabajar mucho, en un ambiente de gran armonía y amistad”.
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