Ricardo Sánchez-Serra/Periodista Miembro de la Prensa Extranjera.
Esta prácticamente cantado que dados los acontecimientos en Túnez, Egipto, Libia, Yemén y Jordania la cumbre América del Sur – Países Árabes (ASPA), prevista para mediados de febrero en Lima, iba a ser aplazada, debido a la ola de democratización y libertades que azota a los países árabes y que se está extendiendo nación por nación.
El Perú pacientemente esperó que la Liga Árabe se pronunciara –esperemos que mediados de abril sea aún una buena fecha, nada se puede predecir-, dado los problemas internos de sus miembros y el gran temor que muchos de ellos al viajar a Lima, se encontrarían sin boleto de regreso y algunos reyes, emires o jeques se tuvieran que exiliar en algún país amigo.
Y como se está viendo, las protestas provienen de los jóvenes, desempleados y postergados de sociedades no democráticas, con autoridades corruptas y violadoras de los derechos humanos, apoyadas increíblemente por gobiernos occidentales democráticos y defensores de los derechos humanos, cuya percepción equivocada sobre los árabes, sus costumbres e idiosincrasia los llevó a creer que eran los únicos salvadores del extremismo islámico.
No hubo ningún letrero con lemas como “abajo el imperialismo norteamericano”, “abajo el imperialismo francés”, “Viva Al Qaeda” o algo por el estilo. Pedían libertad, que se vaya Ben Alí o Mubarak. Ambos tenían 23 y 30 años, respectivamente, en el poder y sus gobiernos eran de los más corruptos del mundo. Igual sucede en Yemén, en donde su presidente Alí Abdalá Saleh tiene 32 años en el gobierno y ha anunciado débiles reformas.
Para aplacar la ola democratizadora, en Jordania el rey destituyó al primer ministro. En Marruecos se anunció que continuarán los subsidios a los alimentos de primera necesidad. Además sus tropas –reforzadas con efectivos traídos del frente del Sáhara Occidental- frenaron las protestas en Tánger y en Ouarzazate, aunque enfrentará dos huelgas. Afrol News recuerda que este país “sigue siendo el país más pobre del norte de África, con menos oportunidades de empleo y la menor tasa de alfabetización…muchos viajeros temen que Marruecos podría ser el próximo país en el que comience una rebelión popular”.
Pero, la canciller marroquí, Trinidad Jiménez, perdón, española, dijo: "creo sinceramente que la situación en Túnez y Egipto es claramente diferente de la situación en Marruecos… hay que recordar que Marruecos es un país que inició ya hace algunos años un proceso de apertura democrática".
Argelia, por su parte, ha sufrido recientemente una guerra civil para derrotar al integrismo islámico y se encuentra impulsando reformas, mejorando infraestructura y luchando contra el desempleo, especialmente el juvenil. El gobierno anunció el levantamiento del estado de emergencia. No obstante, también está recibiendo embates de huelgas. Hubo también protestas aisladas en Arabia Saudita, Libia y Siria.
Lo que suceda en Egipto repercutirá en el mundo árabe: es el globo de ensayo. Luego de la salida de Mubarak, aún es una incógnita lo que harán las fuerzas armadas con respecto a las reformas democráticas, que llegarán tarde o temprano. El mundo árabe ya no será el mismo y será mejor que se democratice y realice, asimismo, reformas económicas cuanto antes si no quiere caer en el extremismo islámico, que causa terror en todo el mundo, especialmente en Estados Unidos y Europa, además que la supervivencia del Estado de Israel se encontraría en extremo riesgo, lo que complicaría el panorama y extendería el conflicto, hasta ahora regional, con resultados catastróficos.
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