¿PARA QUE SIRVE LA
ESCUELA?
Por León Trahtemberg
La pregunta para qué sirve la escuela parecería tener una respuesta autoevidente, pero si se miran de cerca las respuestas se encontrará una diversidad de expectativas o mitos que hacen que esta respuesta no sea tan clara ni univoca. Hubo épocas en que le expectativa era enseñar el respeto y la obediencia a la autoridad; más recientemente, aprender para rendir bien en las pruebas estandarizadas o ingresar a la universidad; desde el mercado laboral la expectativa es que se entrene gente capaz de trabajar disciplinadamente en el mundo del trabajo; los reguladores éticos del mercado aspiran a que se entrene consumidores responsables; no faltan los padres de familia o profesores que aspiran a que aprendan a responder bien las preguntas de las guías o los textos escolares; tampoco faltan los meritocráticos que aspiran a la formación de estudiantes competitivos y competidores por estar en los niveles más altos de los rankings de méritos.
Muchas de estas
expectativas requieren la continuidad de las escuelas-fábricas que han sido creadas para indoctrinar a los niños para
que sean obedientes y eficientes tomadores de pruebas predecibles, de conocimientos y
resultados anticipables que puedan ser
medidos a través de pruebas estandarizadas o pruebas de elección
múltiple. No pocos profesores odian los resultados no predecibles por lo que
prefieren que todo esté organizado y programado anticipadamente obligando a los
alumnos a seguir ese patrón que conduce a la buena nota.
La llegada de
la tecnología ofrece la oportunidad de cambiar todo esto, siempre y cuando no se
asuma el mensaje “no necesitamos a los seres humanos para hacerse cago de la
educación” porque internet y los videos auto instructivos se hacen cargo de
todo. Obviamente eso solo sustituye un dogma educativo por otro. Lo que sí puede
ocurrir es que se aprovechen las potencialidades de la tecnología para
transformar la educación respecto a su versión convencional y que cada vez más
alumnos odian y rechazan abiertamente.
Siguiendo a
Seth Godin en TED (Stop Stealing Dreams: On the future of education & what
we can do about it.) hay 11 características
que trae consigo la revolución tecnológica en las comunicaciones que pueden
tener potencial para transformar la educación
1) La clase tradicional la pueden
hacer los alumnos en su casa, por video. Las tareas, las preguntas e
inquietudes individuales, son las que deben trabajarse cara a cara en la clase.
2) El libro debe estar abierto todo el tiempo. No se necesita memorizar nada. Hay
que aprender a buscar la información
relevante.
3) Se puede tener acceso a cualquier curso de cualquier cosa que se quiera estudiar en cualquier parte
del mundo en el momento que el
estudiante lo quiera. No necesita
al colegio para eso.
4) La educación
puede focalizarse en asuntos muy
precisos en vez intentar abarcar una enorme cantidad de temas.
5) No se
necesitan más pruebas estandarizadas con respuestas previsibles para marcar.
6)
Tiene más sentido evaluar experiencias acumuladas de aprendizaje en vez de los puntajes
en las pruebas estandarizadas.
7) No
tiene sentido tratar de hacer méritos por cumplir al pie de la letra con todos
los mandatos del profesor.
8) El trabajo se debe hacer de modo
cooperativo, dejando de lado el
antiguamente valorado trabajo aislado.
9) El rol de los profesores pasa a ser
el del “coach”.
10) La educación debe entenderse como algo que será continuo durante toda la vida y no como
algo que se acumula para siempre en las primeras etapas de la vida.
11) Se
desmitifica a los colleges y universidades “más renombrados” (y caros) porque
no son garantía de éxito profesional ni felicidad.
El mensaje a
los alumnos no debería ser ajústate al currículo, no te salgas del libreto, no
hagas preguntas fuera del tema, limítate a cumplir con lo pre establecido para
así ser un buen alumnos. El mensaje debería ser más bien “busca algo que te
parezca interesante, que te provoque investigar, y consúltame si necesitas
ayuda”.
Esto requiere
derribar el mito escolar de que el desempeño escolar académico sobresaliente
conduce al éxito y a la felicidad. No hay ninguna prueba que lo
valide.
Regresando a la
pregunta inicial ¿para qué sirve la escuela? Mientras los profesores no lo
discutan y no se pongan de acuerdo, poco de lo que se haga tendrá mucho sentido
para la educación de los alumnos de
estos tiempos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario