Conocido también como el ‘perro sin pelo’, los ejemplares de esta raza son una excelente compañía, codiciados en Estados Unidos y países de Europa y Asia.
Hace más de tres mil años que el perro sin pelo del Perú –popularmente llamado ‘viringo’– habitaba estas tierras, tal como lo demuestran las evidencias arqueológicas de las culturas Chavín, Moche y Wari, entre otras. ¿Cómo llegó a esta parte del mundo? Ese es un misterio. Lo cierto es que fue la compañía de nuestros ancestros.
Es una de las pocas razas que se ha mantenido pura a pesar de que, hace poco más de un siglo, estuvo a punto de extinguirse. Así lo ha reconocido la Federación Cinológica Internacional (FCI), con sede en Bélgica, que el 12 de junio de 1985 la registró con el número 310 y la clasificó en el grupo V, tipo Spitz, y en la sección 6, donde se ubican los perros primitivos.
El 22 de octubre de 2001, el Congreso de la República la reconoció al ‘viringo’ como parte importante del patrimonio de la nación a través del Decreto Ley N° 27537. Ese mismo año, el Instituto Nacional de Cultura dispuso que todos los museos del país contaran, al menos, con uno de estos ejemplares.
Su fama ha trascendido fronteras. Hoy se ha convertido en una mascota muy codiciada en Europa, en Estados Unidos y en Asia, pese a que, en nuestro país, aún es mirada con algo de desdén.
No es una raza de pelea ni agresiva. Todo lo contrario, es una excelente compañía que incorpora una ventaja adicional: al no tener pelaje, no se le ‘pegan’ las pulgas.
TENGA EN CUENTA
- El perro sin pelo de Perú puede medir de 25 a 60 centímetros.
- Es sumamente juguetón, amoroso y entusiasta.
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