Así debería ser en el Perú
La vida de Naw Kham se cuenta como si fuera una novela -era un colorido gánster que había sido comparado con Osama bin Laden por lo que le costó a las autoridades chinas capturarlo- pero su muerte ha sido cosa de la televisión. Naw Kham fue ejecutado junto a tres de sus hombres en una muerte que no solo fue pública, sino retransmitida por televisión, en un hito que ha escandalizado a varios defensores de los derechos humanos por todo el mundo.
Tildan al
gobierno chino de "explotador" y "bárbaro" por emitir lo
que muy pocas veces se ha emitido en todo el mundo: los momentos que rodean la
muerte de un ser humano.
El canal de
noticias estatal CCTV retransmitió el momento en el que Kham, de 44 años, y sus
compinches eran introducidos en un complejo de Kunming, al sureste de china.
Eran las 14:19, hora local.
A las tres de la
tarde estaban suministrándoles las inyecciones letales que pondrían fin a sus
vidas. Poco después, la Agencia de Seguridad Pública china emitió un comunicado
en su página web: "Ejecución implementada".
La cadena
también emitió una entrevista que le habían realizado a Kham el 27 de febrero,
en la que el criminal explicaba que tenía miedo de morir y que echaba de menos
a su madre.
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