Se compone de conjuntos amurallados, rampas, tronos y murales de
incalculable valor
La Región Lambayeque no deja de deslumbrar al mundo. Al valioso
tesoro precolombino que se encuentra en los museos y los descubrimientos pre
históricos que ponen en evidencia un equipo de arqueólogos, se suma el último
Centro Ceremonial Mochica que se concentra en el Complejo Arqueológico “Huaca
Bandera”, jurisdicción del Distrito de Pacora.
Se trata de 5 conjuntos amurallados con 2 plataformas. También se
observa otro, con una sola plataforma que mantiene
el patrón rígido con un corredor de acceso que
permite llegar a la rampa principal.
Este impresionante Centro Ceremonial Mochica, se compone de un
palacio que a su vez cuenta con una rampa principal de 60 metros de largo por 6
metros de ancho y, otra rampa de 40 metros de largo por 8 metros de ancho. La
parte más alta de la plaza es de 10 a 12 metros, a cuyos lados se encuentran
depósitos-almacenes de alimentos y bienes vinculados al área ceremonial y área
administrativa. A su vez el Complejo Arqueológico contenía también altares
internos como el mural polícromo de la fase Mochica Tardío (750 D.C.), así como
áreas de control que permitía identificar a las personas que iban a acceder al
Palacio.
El Señor Principal acompañado de la élite tenía su trono, desde
donde presidía la ceremonia que se organizaba en su honor o para observar los
sacrificios.
El Complejo Arqueológico “Huaca Bandera”, abarca un área de 300
hectáreas ubicado a 9 km al lado Oeste de Pacora y a 51 km de Chiclayo, el cual
guarda en sus entrañas-, que recién vienen siendo escrudiñadas-, un misterio por
desentrañar, y cuyas evidencias indican que se trataría de la fase Tardía
(final) de la Cultura Mochica o Moche e inicios de la Cultura Llampayec
(Lambayeque). De allí que su aporte es considerado vital para conocer cómo fue
el proceso de transición de los Mochicas a los Lambayeque, debido que es poco lo
que se sabe acerca de este lapso de tiempo histórico y que ha concitado el
interés del mundo científico nacional e internacional.
Esta posición es reforzada por cuanto el equipo de arqueólogos
dirigidos por Manuel Curo Chambergo, ha encontrado cerámica Mochica Tardío de
1250 años de antigüedad, así como cerámica Transicional de 1200 años de
antigüedad y cerámica Lambayeque de 1100 años de antigüedad.
Matriarcado y el Señor de la
Noche
La presencia de la sacerdotisa en Huaca Chornancap, esclareció la
posición de la fuerte presencia de la mujer en la Cultura Lambayeque. En la
iconografía hallada en el Complejo Arqueológico “Huaca Bandera”, se aprecia la
presencia del Personaje Principal acompañado del sacerdote y la sacerdotisa, en
un ritual en el que se degollaba a un prisionero, observándose además un plato o
vasija para almacenar la sangre.
La conclusión preliminar es que a finales de la era Mochica e
inicios de la era Llampallec, la mujer poco a poco asumía un rol de mayor
importancia, respecto a etapas anteriores de nuestra historia precolombina.
Sobre el particular el director del Complejo Arqueológico “Huaca
Bandera”, arqueólogo Manuel Curo, explicó que los expertos descubrieron que el
personaje que acompañaba al Señor Principal y el Sacerdote era una mujer, porque
ésta tenía trenzas y los pies carecían de tatuajes. Precisó que el culto a la
luna (mujer) y al sol (señor), era una característica de esta cultura como de
otras. “Los antiguos habitantes de Huaca Bandera sabían que la luna tenía
influencia sobre el mar y las aguas en su conjunto, por lo que la luna fue
considerada la diosa de las aguas, a quien se debía rendir sacrificios”, anotó
Curo Chambergo.
Otro mural da cuenta de un sacerdote alado junto al personaje
principal; igualmente en otra iconografía se aprecia claramente al Señor
Principal y al Señor de la Noche, dando la apariencia de una dualidad de poder.
Es como si se expresara que un señor gobernara en el día y otro señor gobernara
en la noche.
En cuanto a su cerámica se observa al personaje femenino con un
niño sujetado en la mano izquierda, así como ceramios fusionados con elementos
culturales de los Mochicas y Wari, como los famosos Vasos Kero. En otras
palabras la influencia externa ha sido variopinta.
Lo llamativo-, a diferencia de otras culturas y señoríos -, es el
compartir del poder y el dominio de la jurisdicción, manteniendo la jerarquía y
el dominio de la población.
Otro importante detalle es que la sacerdotisa que aparece en el
mural de Huaca Bandera- Pacora, su tumba fue encontrada en San José de Moro
(Chepén), el cual es contemporáneo con este complejo arqueológico. En San José
de Moro, las primeras investigaciones señalan que el lugar servía para los
sacrificios humanos, lo cual será clarificado con el paso de las
indagaciones.
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