Desde la tierra de los volcanes y los
lagos, patria de Rubén Darío
de Augusto Sandino y
del comandante Tomás Borge
quien fuera, al mismo tiempo, volcán,
poeta
y patriota de la causa latinoamericana,
le traigo el abrazo fraterno
del pueblo y el gobierno de
Nicaragua,
con la esperanza de que nuestra
colaboración sirva
como sirvió de inspiración Darío
a la poesía de César Vallejo,
como el huanuqueño Esteban Pavletich
sirvió a la causa del General de Hombres Libres.
De tal manera, Señor
Presidente,
que le ruego acepte
estas cartas credenciales y mi mano
extendida
en señal de la amistad entre nuestros
pueblos.
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