Los vehículos de la empresa familiar del alcalde chiclayano son un peligro sobre ruedas porque los choferes cometen infracciones y no cumplen con las normas de transporte. (Foto: Wilfredo Sandoval / El Comercio)
El propio subcoordinador de Sutrán en Lambayeque, Francisco Quevedo Cruzate, ha sido testigo de la actitud irreverente del empresario, quien frecuentemente aparece por las instalaciones del terminal Ormeño para controlar las salidas nocturnas de su flota de los buses que cubren la ruta Chiclayo-Lima-Chiclayo.
Las autoridades de transportes han lanzado la voz de alerta porque durante las labores de fiscalización realizadas en lo que va del año, han detectado que la empresa Crisolito es una de las que tiene el mayor número de actas de incumplimientos e infracciones.
Según cifras de Sutrán Lambayeque, desde enero hasta marzo del presente año, Crisolito tiene 36 actas, de las cuales el 40 % han sido aplicadas por no utilizar detectores de metales y otros medios como la filmación de los pasajeros que viajan en cada una de las unidades de transporte.
La empresa Turismo Jaén lidera el ránking de incumplimientos con 23 faltas, seguida de Murga Serrano con 21 actas y Crisolito con 17 intervenciones.
Francisco Quevedo Cruzate, responsable de la Sutrán en Chiclayo, asegura que los fiscalizadores también registraron que las unidades de la empresa de transportes Crisolito llevan irregularmente menores de edad y pasajeros en exceso que recogen en la ruta. Esta situación se recrudece especialmente en días festivos o feriados largos.
Quevedo revela además que los funcionarios de Sutran son amenazados con frecuencia por los infractores que actúan negligentemente y no cumplen con subsanar las sanciones que se les aplica.
José Leal, asesor legal de la Sutrán, asegura que los administradores de Crisolito solo actúan cuando se les envía cartas notariales y advertencias de no ampliarles la flota desde Lima.
Fuente: http://elcomercio.pe/
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