Existen una gran cantidad de compuestos presentes en algunos alimentos procesados que son sindicados como responsables de favorecer la aparición de cáncer. En general todos estos compuestos tienen que ver con aditivos y productos químicos para mejorar el sabor, textura y consistencia de los alimentos. Muchas asociaciones de consumidores en el mundo han luchado porque se etiqueten los alimentos que contengan ingredientes peligrosos que potencialmente aumenten las probabilidades de contraer esta peligrosa enfermedad.
Pese a la larga lista de sustancias químicas que pueden producir cáncer, acá presentamos aquellas que deberíamos evitar antes que ninguna otra.
1° Hot Dogs
Las salchichas tienen excesivos niveles de sal y de nitratos, que son altamente cancerígenos. Eso sin mencionar que la carne de las salchichas no es de la mejor calidad. Además un hot dog está acompañado de pan blanco, lo que completa el cuadro.
2° Carnes Procesadas
Contiene altos niveles de nitrato de sodio, un reconocido cancerígeno que es usado para darle el tradicional color rosado y aspecto “fresco” a la carne que podemos encontrar en el supermercado. Una vez que lo ingerimos este nitrato se convierte en nitrosamina, altamente cancerígeno, pero que es totalmente obviado en el etiquetado.
3° Donas.
Este alimento, que es muy apetecido por el público en general, es una bomba azucarada, que destruye nuestra producción de insulina natural. Pero no solo eso, ya que está elaborada con harina refinada, que incluye fluor y aceite hidrogenado. Para finalizar, son freídas a altas temperaturas. Es uno de los peores alimentos que se puedan consumir. He visto como muchas personas llevan a sus hijos pequeños a consumir estos productos que bien podríamos catalogar como basura.
4° Papas fritas.
Las papas fritas no necesitan mayor presentación. Son preparadas con aceite hidrogenado, y luego cocinadas a altas temperaturas. Es sabido que incluso algunas cadenas de comida rápida le agregan azúcar, para darles mejor sabor.
5° Galletas.
Hay galletas de muchos tipos. Algunas tienen crema, otras son “horneadas”. Existen una gran variedad de sabores, pero tienen algunas cosas en común. Tienen fluor, harina blanca y azúcar. No olvidemos además el aceite hidrogenado. Si bien muchas dicen estar libre de grasas transgénicas, hay que estar atento ya que por lo general solo tienen la porción inferior a lo que indica la norma.
Esta recomendación es extensible en general para los alimentos altos en glucosa y que no son precisamente “naturales”. Un buen ejemplo son los carbohidratos simples, como harina blanca, o arroz blanco, y otros “alimentos blancos” que han sido desprovistos de sus verdaderas cualidades nutritivas. Una fuente muy común de azúcar refinado son las bebidas gaseosas, que además incluyen otros ingredientes muy nocivos para la salud. Además, el evitar el exceso de azúcar y carbohidratos simples, contribuimos a mantener un buen peso, y prevenir la diabetes tipo 2.
El aceite hidrogenado o parcialmente hidrogenado, es otro agregado de temer. Es usado comúnmente para conservar los alimentos envasados durante más tiempo. Para realizar este proceso, el aceite es calentado en presencia de hidrógeno y catalizadores metálicos.
Esto crea las llamadas “grasas transgénicas”. Sin embargo, podemos comprobar que muchos fabricantes colocan en las etiquetas “Libre de grasas transgénicas”. Esto ocurre también en el caso de otros compuestos, pero la verdad es que simplemente se aseguran de que la ración de grasas transgénicas caiga por debajo de los 0,5 grs. Por porción individual, lo que no soluciona el hecho de que aún se encuentra dentro de la composición.
Está comprobado además, que el consumo de aceite hidrogenado es directamente responsable por la diabetes, la obesidad, problemas al hígado, destrucción o degradación de las células, comportamiento agresivo, problemas de aprendizaje, enfermedades coronarias, y por supuesto, el cáncer.
Otro problema del aceite hidrogenado es que no suministra al cuerpo los ácidos grasos esenciales, que el cuerpo necesita, lo que hace que necesitemos comer más y más. Esto afecta incluso el transporte de oxigeno en el cuerpo, el escenario ideal para el desarrollo del cáncer que precisa de altos niveles de azúcar, y bajos niveles de oxigeno.
Para poder prevenir esta enfermedad podemos seguir algunas recomendaciones generales muy simples.
Comer alimentos no procesados y cambiarlos por alimentos de origen vegetal frescos
Consumir alimentos ricos en omega 3 y otros ácidos grasos esenciales.
Comer muchas frutas y verduras.
Hacer ejercicio. El cáncer no puede prosperar en ambientes altamente oxigenados.
Mantener a raya los niveles de azúcar en la sangre.
Consumir vitamina C presentes en alimentos naturales.
Vitamina D, que conseguimos con exposiciones controladas al sol.
Mantener un buen nivel de hidratación para eliminar toxinas del cuerpo.
El cáncer es una enfermedad física y también mental, por lo que además de una dieta sana debemos promover un estilo de vida calmado y alejado del stress. Con cambios de hábito en nuestra vida el cáncer es fácilmente evitable.
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