Si bien Cajamarca tiene mucho por ofrecer, en esta ocasión
nos centraremos en su histórica Plaza de Armas, la cual está flanqueada por dos
hermosas iglesias: la catedral Santa Catalina (1682) y la iglesia San Francisco
(1699), las cuales presentan una destacada arquitectura.
La primera es reconocible por carecer de campanarios y por
haber sido construida en piedra canterilla y craquita volcánica, en cuyo
interior se pueden apreciar imponentes naves en pan de oro; mientras que la
segunda ofrece en su interior impresionantes vitrales y altares tallados en
madera.
San Francisco también guarda en su subsuelo un conjunto de
catacumbas, así como un Museo de Arte Religioso en el que se pueden apreciar
pinturas de la escuela cusqueña, así como mobiliario y vestimenta que fueron de
uso litúrgico.
HUELLAS DEL PASADO
A pocos pasos de la Plaza de Armas está el famoso cuarto del
rescate, la única construcción que conserva vestigios incas originales en la
localidad y en el que pasó sus últimos días el inca Atahualpa, condenado a
muerte por los españoles, luego de pagar una cuantiosa fortuna que consistió en
llenar dos veces de plata y una de oro dicho recinto.
A unas dos cuadras de la plaza, encontramos la escalinata de
piedra de ascenso hasta el mirador del cerro Santa Apolonia, lugar en el que se
encuentra una pequeña iglesia consagrada a la virgen de Fátima, así como bellos
jardines, desde los cuales se puede apreciar gran parte de la ciudad.
En la cima del mirador de Santa Apolonia se encuentran
algunos vestigios de construcciones prehispánicas, como la llamada silla del
inca, formada por un bloque de piedra que sale del propio cerro y que fue
cuidadosamente tallada para darle su forma actual.
FUENTE: elcomercio.com.pe/
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