domingo, 3 de febrero de 2013
(Editorial) Gregorio y los frejoles mágicos
El presidente regional de Cajamarca dejó correr una gran cantidad de mentiras en su reunión con el primer ministro
Las mentiras, se dice, son criaturas de patas cortas. Esto, naturalmente, lo saben los muchos políticos que han hecho de ellas su oficio. Por eso suelen soltarlas en masa y en simultáneo. Cuentan con que, por muy cortas que sean sus patas, el público no pueda perseguir a todas al mismo tiempo. Cuanto más se lancen, más podrán escaparse y sobrevivir.
Un ejemplo de lo anterior lo vimos esta semana, luego de la reunión entre el primer ministro y el presidente regional de Cajamarca. Ni bien se abrió la puerta de la sala donde se llevó a cabo la cita, el señor Santos, como quien abre una bolsa llena de cangrejos, dejó correr a diestra y siniestra una gran cantidad de mentiras, todas ellas moviendo sus patitas frenéticamente, pugnando por escapar intactas. Creemos que vale la pena esforzarnos por alcanzar al menos a algunas de ellas, antes de que lleguen más lejos.
El señor Santos, por ejemplo, declaró que la recesión que este año comenzó a padecer Cajamarca no tiene su origen en las protestas lideradas por él contra la minería (y que paralizaron – e incluso sitiaron– la ciudad varios días, varias veces). “Se reconoce –dijo– que la crisis es nacional e internacional”. Aparentemente no sabe que en el 2012 el resto del Perú sí siguió creciendo y, de hecho, disminuyendo la pobreza y aumentando el empleo, mientras que Cajamarca perdió 77.000 puestos de trabajo. La única crisis a la vista, en todo caso, es la de su gestión.
El señor Santos también dijo que la minería no es necesaria en Cajamarca, porque la agricultura puede ser la base del desarrollo de su región y llegar a aportar más al fisco. Salvo que el señor Santos posea la semilla de alguna clase de frejoles mágicos, su afirmación merece un lugar en la antología universal del disparate. Solo durante el 2012, que como se sabe fue un mal año para los precios de los minerales, los tributos internos que la Sunat recaudó de la minería a nivel nacional sumaron más de 30 veces lo que recaudó de la actividad agrícola, con ‘boom’ agroexportador y todo. Es más, únicamente durante ese año Cajamarca recibió en canon y regalías de la minería S/.231 millones más que lo que se recaudó en todo el Perú del agro.
No contento con lo anterior, el señor Santos repitió que Conga “es un proyecto inviable, social, ambiental, técnico” (sic). Esto requirió de un singular derroche de desparpajo. Si Conga tiene tantos problemas sociales, es en muy buena medida gracias a todas las mentiras que él y sus correligionarios han sembrado sobre el proyecto. De hecho, Conga tenía – y tiene– el apoyo de las 32 comunidades de su área de influencia. La supuesta inviabilidad ambiental, por otra parte, es falsa, como lo demostró el peritaje internacional al que él, mañosamente, le corrió el cuerpo. Y en cuanto a la “inviabilidad técnica” del proyecto, es un misterio a qué ha intentado referirse con esto el presidente regional.
Desparpajo, por lo demás, era algo que el señor Santos estaba volviendo a demostrar le sobraba con su sola presencia en la reunión. Después de todo, él había ido ahí a pedir más recursos. Concretamente, S/.280 millones. ¿De dónde cree que pueden venir esos S/.280 millones? ¿De dónde cree, más concretamente, que vinieron los S/.1.146 millones que su región recibió solo en los últimos dos años por canon y regalías? ¿De la exportación de papas nativas?
Tampoco era el caso, es cierto, que el señor Santos necesitase confirmar su desparpajo. Estamos hablando de la misma persona que inauguró con bombos y platillos, en medio de uno de los picos de su guerra contra Yanacocha, un flamante hospital regional que había sido pagado por la minera. Esa persona, en fin, que dice que la minería dejará “sin agua” a su región cuando el 80% del agua de que dispone Cajamarca va a parar todos los años al mar (según lo ha demostrado la Autoridad Nacional del Agua) sin que su gobierno se haya preocupado de hacer, pese a las fortunas que recibe, ninguna obra hidráulica importante (a diferencia del Gobierno Central, que tiene el proyecto de la represa de Chonta).
Con todo, sin embargo, quizá la peor mentira del señor Santos fue que había ido a conversar con el primer ministro con la finalidad de lograr la mejora de su región. Lo que quiere es la mejora de su visibilidad y de sus posibilidades de llegar al poder. Cajamarca es solo el rehén que él ya una vez secuestró. Y secuestró, literalmente: el año pasado, el movimiento que lidera bloqueó todas las vías de ingreso y salida a la capital regional, poniendo incluso horarios para la entrada de víveres y medicamentos. Salvo, claro, que el señor Santos sea de quienes demuestran su amor a palos.
FUENTE: http://elcomercio.pe/
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