miércoles, 12 de diciembre de 2012

LA VIRGEN DE GUADALUPE


La Virgen de Guadalupe, es una imagen religiosa que se exhibe en la basílica de Guadalupe ,en México, D. F.

 Para los católicos mexicanos, no es sólo la patrona de México, sino de toda América.

Se la venera como una pintura en un ayate (tipo de toga abierta por los lados).

El origen de su leyenda, se remonta al Nican Mopohua, un texto de 1649, que cuenta sobre las apariciones —más de un siglo atrás, en 1531— de la Virgen María, al indígena mexicano Juan Diego Cuauhtlatoatzin (convertido en santo en 2002).


La basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, es el segundo santuario católico más visitado del mundo (después de la Basílica de San Pedro en el Vaticano), con más de 14 millones de visitantes todo el año, en innumerables peregrinaciones desde todas las partes del país, aunque en 2006 superó a la Basílica de San Pedro en número de visitantes, convirtiéndose durante un año, en el santuario católico más visitado del mundo

El gran templo en que se venera esta imagen, ha sido declarado basílica y santuario nacional por el Vaticano, siendo este recinto, uno de los primeros santuarios marianos de América.

Según la historia, la Virgen de Guadalupe, se apareció en el Tepeyac, México, al indio Juan Diego, el martes 12 de diciembre de 1531, apenas diez años después de la conquista de México.


La madre de Dios, viene para dar a conocer el evangelio, a sus hijos nativos del nuevo continente y para mostrar y dar todo su amor y compasión, auxilio y defensa. “…pues yo soy vuestra piadosa madre”.

Como prueba de su visita, la Virgen, milagrosamente hizo que en aquel lugar, aparecieran preciosas rosas de Castilla y que su imagen, se quedara permanentemente en la tilma de su siervo.

Durante cuatro días, la Virgen, se había comunicado con Juan Diego, hablándole en su propia lengua, el náhualtl. Al identificarse, María usó la palabra “coatlallope”; un sustantivo compuesto formado por “coatl” o sea, serpiente, la preposición “a” y “llope”, aplastar; es decir, se definió como “la que aplasta la serpiente”. Otros reconstruyen el nombre como “Tlecuauhtlapcupeuh” que significa: “La que precede de la región de la luz como el Aguila de fuego”. De todas formas, el vocablo náhuatl, sonó a los oídos de los frailes españoles, como el extremeño “Guadalupe”, relacionando el prodigio del Tepeyac ,con la muy querida advocación que los conquistadores conocían y veneraban en la Basílica construida por Alfonso XI en 1340. En España, existían dos advocaciones a la Virgen de Guadalupe, en Cáceres y en La Gomera. Sin embargo, la Guadalupe Mexicana, es original. ¡La Virgen se comunicó de manera que la entendiesen tanto los indios, como los españoles!.

El nombre Guadalupe (de la estatuilla extremeña) proviene probablemente de una mezcla de árabe (wadi: ‘río’) y latín (lupus: ‘lobo’). debido a que la guadalupe española fue encontrada en un rio conocido como “rio del lobo” o “rio escondido”

Otra etimología del nombre
Según los guadalupanos mexicanos, el nombre de la Virgen mexicana de Guadalupe, podría ser una deformación de un nombre original desconocido —pronunciado en idioma náhuatl— con el que el indígena Juan Diego mencionó a la Virgen que se le habría aparecido. El obispo fray Juan de Zumárraga, puede haberlo entendido mal y puede haber creído que se estaba refieriendo a la conocida advocación de la Virgen de Guadalupe española.

Ese nombre original desconocido, pronunciado en náhuatl podría haber sido
· cuahtlapcupeuh.
· tequantlanopeuh (‘la que tuvo origen en la cumbre de las peñas’),
· tequatlasupe (‘la que aplasta la cabeza de la serpiente’).
· tlecuauhtlacupeuh (‘la que viene volando de la luz como el águila de fuego’)
· tlecuatlahlope (‘la que nos salva de ser comidos’)

Según la historia narrada en el Nican Mopohua, la Virgen María se manifestó al indígena Juan Diego, quien era originario de Cuautitlán (que pertenecía al señorío de Texcoco), y a su tío Juan Bernardino, ambos convertidos al cristianismo pocos años atrás a raíz de la conquista española.


El Nican Mopohua, dice que la Virgen, le reveló el nombre «Guadalupe» a Bernardino, cuando éste, se encontraba enfermo de gravedad, aunque los entendidos en el tema, dicen que es imposible. que la Virgen se haya nombrado a sí misma Guadalupe ante el anciano, ya que Juan Bernardino, no entendía la lengua castellana traída por los españoles al Nuevo Mundo, por tanto, el diálogo tuvo que haberse desarrollado en la lengua nativa, que era el náhuatl (lengua viva hablada por más de 2,5 millones de personas), en la que no existen las consonantes g ni d.

Una explicación de este error, podría ser,que la aparición, haya dicho que era la Virgen Tequatlasupe, y que —debido a que para los españoles era muy difícil de pronunciar ese nombre— los españoles la llamaron «Virgen de Guadalupe» (relacionándola con la Virgen de Guadalupe extremeña). El obispo de México, probablemente tenía interés en que el nombre de la virgen fuera el de Guadalupe, para así contar con la simpatía de Hernán Cortés, que era devoto de la Virgen de Guadalupe —patrona de su región (Extremadura, España)— y que llevaba consigo una imagen de madera.

Una segunda explicación, es que quizá la Virgen de Guadalupe, se comunicase en el idioma nativo de Juan Diego, pero usó su nombre de Guadalupe (extremeño de origen árabe).

Una tercera explicación de este error, podría ser que todo el relato es falso.

Por otro lado, tequatlasupe significa ‘la que aplasta la cabeza de la serpiente’. En esa época en México, se adoraba a Quetzalcóatl, el dios serpiente, y la Virgen llegaba para sustituir su culto.


La narración, dice, que uno de los testigos de las apariciones de la Virgen de Guadalupe fue fray Juan de Zumárraga, primer obispo de la ciudad de México, D. F..
Se dice que la Virgen María, en su advocación de Virgen de Guadalupe, se apareció en varias ocasiones ante el converso mexica Juan Diego Cuauhtlatoatzin, el sábado 9 de diciembre de 1531 en el cerro del Tepeyac y le pidió que fuera en busca del obispo y le dijera que ella solicitaba la creación de un templo en ese lugar. Cuenta la historia que el indígena fue en busca de fray Juan de Zumárraga para contarle de la solicitud de la virgen, pero fray Juan, no creyó en las apariciones, pues era común este tipo de historias. Así que Fray Zumárraga le pidió una prueba de las apariciones de la Virgen.
En respuesta a la petición del obispo, ésta, pidió al indígena, que cortara unas rosas de Castilla como pudiera, de la cumbre del cerro y se las llevara al obispo (En ese tiempo era invierno y la zona del cerro era una zona árida, no apta para el crecimiento de flores como las rosas). El indígena, obedeció al obispo y guardó las rosas dentro de su tilma, o ayate (tipo de toga abierta por los lados). Luego baja Juan Diego del cerro, y la Virgen acomoda las rosas, y le dice que pida una audencia al obispo para mostrarle la prueba. Al llegar adonde estaba el obispo, luego de un rato, este estira su ayate para tender las rosas sobre la mesa. Sobre el ayate, esta la imagen estilizada (artística, no fotográfica) de la Virgen de Guadalupe. La prueba para el fray, no fueron solamente las rosas, sino el milagro de la pintura de la Virgen de Guadalupe sobre el ayate. La imagen que hoy en día conocemos es la misma que la de ese día del año 1531.

Incoherencia
Después de la fecha de las apariciones, fray Juan de Zumárraga vivió muchos años, escribió muchas cartas, notas y hasta un catecismo llamado Regla cristiana. Pero en ninguno de estos textos, menciona haber sido testigo de aparición, o milagro alguno. Por el contrario, dentro del catecismo que escribió muchos años después de las apariciones se pregunta lo siguiente: «¿Por qué ya no ocurren milagros?». Y responde él mismo: «Porque piensa el Redentor del mundo que ya no son menester».

Cabe mencionar que el culto a la Virgen de Guadalupe, es un sincretismo con la diosa mexica Tonantzin (que significa ‘nuestra madre’), la diosa de la muerte; la cual se sabe que los mexicas, veneraban en ese mismo cerro del Tepeyac. Fray Bernardino de Sahún, lo menciona en uno de sus textos: “Cerca de los montes hay tres, ó cuatro lugares, donde solían hacer muy solemnes sacrificios, y que venían a ellos de muy lejanas tierras. El uno de estos es aquí en México, donde está un montecillo que se llama Tepeacac, y los españoles llaman Tepeaquilla, y ahora se llama Nuestra Señora de Guadalupe. En este lugar, tenían un templo dedicado a la madre de los Dioses, que ellos la llamaban Tonantzin, que quiere decir, nuestra madre. Allí, hacían muchos sacrificios a honra de esta diosa, y venían a ellos de muy lejanas tierras, de más de veinte leguas de todas estas comarcas de México, y traían muchas ofrendas: venían hombres y mujeres y mozos y mozas.

FUENTE: http://yoreme.wordpress.com/

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