Promulgación inminente. Partido oficialista ya tiene los votos para su aprobación en la Cámara de Senadores. El presidente la promulgará en enero próximo.
Pablo Fernández. AP.
La Cámara de Diputados uruguaya aprobó un proyecto que autoriza el matrimonio entre personas del mismo sexo, por lo que ahora será turnado a la de Senadores, último paso antes de que el gobierno pueda promulgarlo como ley.
La coalición al frente del gobierno tiene los votos suficientes para aprobarla en la cámara alta. El presidente José Mujica planea firmarla a principios del 2013.
"Yo respeto a los que piensan que el matrimonio es entre un hombre y una mujer, pero la realidad es otra. Si no se adoptara esta ley lo único que estaríamos haciendo es lo que hace el avestruz: no querer admitir la realidad y meter la cabeza bajo la tierra", dijo el diputado oficialista Aníbal Pereyra.
En cambio, el diputado Pablo Abdala, del Partido Nacional (de tendencia centro-derecha), reconoció que existe un "vacío legal" en el tema de las uniones homosexuales, pero rechazó que la solución sea habilitarlos al matrimonio.
"Sin duda existe un vacío legal, y el sistema político debe dar respuestas. Ahora, ¿necesariamente esta es la respuesta? No. La solución a este tema debe ser diferente. A partir de una fórmula jurídica separada" a la del matrimonio, declaró.
La propuesta también permitiría a todas las parejas, homosexuales o no, decidir qué apellido llevarán primero sus hijos cuando los registren, si el del padre o el de la madre. La diputada Martha Montaner, del Partido Colorado (derecha), quien votó a favor, hizo énfasis en que el proyecto "es un logro también para las mujeres", porque gracias a él "van a poder darle su apellido primero" a su hijo. Esto rompe con una tradición de siglos en América Latina, donde prácticamente en todos los países la ley exige que la gente tenga dos apellidos, de los cuales siempre va primero el del padre.
Clave
El "proyecto de matrimonio igualitario" también reemplazaría la ley de divorcio uruguaya de 1912, que les da solo a las mujeres, y no a sus esposos, el derecho a renunciar a los votos matrimoniales sin causa. A principios del siglo XX, los legisladores uruguayos vieron esto como una forma de igualdad.
FUENTE: http://www.larepublica.pe/
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