Escribe:Antonio Solís Tasaico.
Docente de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo
Lambayeque-Perú
El siglo XXI transcurre con 10 años de éstos derechos, centralizándose en situaciones políticas y el género varón. Ésta década exige mayor interés a la violencia contra la mujer en Perú. La influencia de la sociedad occidental, privilegia DD.HH en varones –desmereciendo el espacio femenino-. Derechos de ellas se desmerecen arbitrariamente, postergando, pendientes, abuso ex profeso, encarcelamientos –abuso policial y judicial-, encarcelamientos arbitrarios en base a prebenda y corrupción, abuso sexual de la autoridad sobre éstas, tortura, brutalidad policial. La violencia contra mujeres no es ampliamente investigada, juzgada y sancionada. Perú mantiene ésta impunidad como herramienta –“teórica-metodológica-científica”, en procesos judiciales de violencia contra la mujer. Perú mantiene la violencia sobre la mujer e hijos, como construcción de esa cultura arbitraria desde la familia, cuya continuidad prosigue la policía, poder judicial, el trabajo. Dichos populares expresan este realismo: “mujer que friega, pégale y hazle un hijo…”. Este tipo de violencia –psicológica, verbal, física, denuncia policial-: contraria al realismo, -secuestro de hijos, delitos dinerales, de propiedad, y cuanta acusación imaginaria del agresor-, traspasa estrato social, títulos, post grado, comerciantes, adinerados, políticos, policía. Vieja tradición andina comprueba agresividad del macho cabrío sobre sus mujeres e hijos, como cultura-realismo, reproduciéndose en descendientes.
La Película canadiense “La Captura del Mal” –recién en cartelera-, describe la violencia paterna sobre esposa y dos hijos desde 4 y 6 años hasta edades juveniles; media vida de castigo, agresiones sangrantes, anulación del autoestima, y continuidad de abuso a los DD.HH más elementales, generarán la reacción de la hija mayor, -de la misma forma que el padre enseñó: violencia-. Sólo que ahora defendería a su madre y hermano que no reaccionaban por temor, miedo, despersonalización emocional; negligencia del denunciante, policía, poder judicial: fiscal, juez, policía judicial, investigación exhaustiva desde la denuncia, circunstancias, referentes, estado civil, deberes y derechos del padre –y esencialmente la madre-, la conciencia y ética y moral, transparencia, humanismo, sin corruptela, abuso de autoridad y de poder, sin impunidad, sin servilismo al extranjero-denunciante, sin corrupción de autoridades y funcionarios.
La familia –al igual que ésa película-, y cualquiera de ella, es esencial y central realismo como unidad social y familiar. De éste funcionamiento y unidad de lo diverso, juégase el destino de ésta, y la sociedad: Son el embrión de lo que será cada realismo individual-personal-sociedad, colectivo e institucional. La familia crea la cotidianidad –que involucra, costumbres, valores, gustos, gestos, conductas, deportes, lectura, respecto por los demás, sentido de colaboración, ayuda mutua hacia sus padres y hermanos. Sentido de lo justo, respecto a los deberes y derechos, al estudio, lectura, pensar, imaginar, construir, hacer, albores del trabajo, y cuidado de su propia salud, alimentación. Implica que el verdadero valor no será penitencias, ayunos, plegarias, sino obediencia a la ley de la razón moral –articulación del realismo material e inmaterial-; soberanía ética, secularización de la moral, que es preponderancia de obligaciones –sólo éticas-. Actitudes criminales, no son heterodoxia, sino coacción, pisoteando leyes inviolables, o deberes de la humanidad. El deber de la confianza moderna en educación y perfectibilidad del género humano desde el siglo de las Luces -la Ilustración-, es progreso moral de la humanidad.
Hace un año exactamente la Corte Interamericana, emite sentencia histórica sobre crímenes de mujeres –ciudad de Juárez- México. Ordenaron nuevas investigaciones ante irregularidades, funcionarios, y jueces equívocos en sus sentencias, corruptela. En Perú –región Lambayeque-, podría emularse en reabrir la expatriación de niño lambayecano-peruano de seis años, de madre peruana. La policía judicial muy presta, -con arma al cinto- detuvieron al niño y madre, -encarcelándolos impíamente- Orden arbitraria de mujeres: -fiscal y jueza- e Interpol –a solicitud del padre del menor- (ciudadano español. La acusación era “secuestro” por parte de madre del niño. El 20 de noviembre fiscal pone a disposición de jueza del I Juzgado de Familia a niño en cuestión, recomendando que no debería salir del país –por motivo alguno-. El niño fue obligado a firmar el acta de su propia entrega, y colocar su huella dactilar. El 23 de noviembre el niño salió del país hacia Valencia-España. ¿Así defendemos los DD.HH. de éste niño lambayecano-peruano-madre peruana?. No desprestigiemos al Perú, solicitando abrir proceso judicial ante la Corte Interamericano, y sea repatriado a su país y tierra peruana; ¿o la plata llega sola?
Lima, 8 de Diciembre 2010.
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